domingo, 23 de mayo de 2010

EL RALLY, EL NIÑO Y EL TREN

Para una vez que este año podemos hacer una salida maja Argoitz y un servidor, fue como una pequeña odisea pero bueno, la vuelta fue maja y bastante amena, un tanto diferente a una salida diaria.
A las 13,20 horas quedamos en Ibarra enfrente de ciclos Arsuaga, el calor ya empezaba a apretar pero este año no nos vamos a quejar porque para un día que hace bueno...a
Empezamos a subir camino a Leiza mientras vamos dialogando al llegar a Leiza tenemos que volver a coger agua ya que este calor nos deja un poco resecos, el siguiente ascenso es Basakabi, seguimos subiendo mientras hablamos de todo un poco de repente un ruido atronador nos hace automaticamente ponernos en fila india y a los pocos segundos empiezan a pasar coches de rallies que seguirán pasando hasta llegar casi a Saldias. Desde que hacemos cima en Basakabi hasta el comienzo de la subida a Saldias tenemos 10 kilómetros de descenso, eso si todo el descenso con precaución ya que siguen pasando coches algunos un poquito mas rápido de lo que deberían, (estaban pasando por zona sin cronometrar).
Empieza la subidita, corta pero con unas rampas que te quitan el hipo algunas por encima del 18% pero bueno solo son 2,5km.
Llegamos a Saldias y llega la sorpresa y el niño. Pasamos el pueblo y vamos a coger un cruce a la derecha, unos niños nos piden los bidones como si fuésemos profesionales, en el cruce unos pivotes nos llaman la atención, los forales también están delante nuestro y nos indican que sigamos a la izquierda, les decimos que nuestro camino es por la derecha pero nos dicen que hay un ralli y que va a durar bastante ya que solo llevaban una manga y eran tres.
Los niños que nos pidieron los bidones unos metros antes se acercan a curiosear mientras los forales nos indican un camino alternativo, de repente uno de los niños mete sin darse cuenta una pierna en una alcantarilla rota y cuando no puede ir mas abajo el cuerpo se le va hacia adelante con tan mala suerte que da con la cabeza en una piedra que le hace un tremendo huevo en la frente, el pobre es ayudado por los forales, tiene una herida en la pierna y lo de la cabeza no tiene muy buena pinta..., después de preocuparnos por su estado emprendemos nuestra nueva ruta la cual va a ser bastante mas larga que lo que teníamos pensado, así que decidimos ir hasta Irun y allí coger el tren que nos llevará a casa, vuelta de aventura y divertida.
Al final 108 kilometros.

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